lunes, 27 de julio de 2009

Broncano: una de las tantas oportunidades

Mario Broncano, un boxeador con dotes de espectaculares, fue campeón sudamericano, ganó 264 peleas, el único boxeador peruano segundo en el ranking latinoamericano, el supuesto futuro campeón mundial, a sus 18 años, tenía al mundo en sus manos.
Pero la pesadilla de Broncano empezaría por no saber llevar su carrera boxistica y hacerse llevar por la matonería, juergas, drogas, alcohol, etc.
Hoy a los 40 años de edad, ha decidido cambiar por su madre, sus tres hijos y los tres nietos que ahora tiene. Dice que ahora quiere trabajar y lo que mejor sabe hacer es entrenar.
Un recuerdo de una de las oportunidades que le dieron fue cuando el empresario Jorge Bartra, conocido promotor boxistico de la década de los 90, termino de leer una carta que desde la prisión Broncano le había enviado, pidiendole que se le diera una oportunidad para regresar a los cuadriláteros.
Bartra sabía que tipos como Broncano no pueden durar en la prisión. Vivía preocupado pensando que en cualquier momento los diarios divulgarían la muerte del famoso boxeador por alguna riña entre internos. Por eso le puso abogados y trataba por todos los medios de sacarlo de prisión.
No perdió tiempo, convenció a Broncano para que integrara la escuela de boxeo del penal y lo conminó a entrenar. Le dijo: "Yo te apoyo, pero desmuéstralo que puedes ponerte en forma. Si lo consigues, tú reaparecerás a lo grande. Y pelearás aquí".
En esa oportunidad, todo el país lo vio por televisión, se pactaron tres combates. El primero fue el welter Luis Villalta demolió en el primer round a un paquete de nombre Juan Huamán, el árbitro detuvo la pelea, los presos ovacionaron a Villalta, pero insultaron al perdedor. Le decían de todo.
En el semifondo, el excampeón mundial minimosca, el peruano Rubén Poma, había derrotado sin atenuantes al chileno Victor Fica. El mapocho había sangrado durante varios pasajes de la pelea. Pero siempre fue para adelante, nunca rehuyo el combate. Tuvieron que pararla, porque Poma le infligió un corte muy profundo en el pómulo al promediar el 7º asalto.
Luego, venía la pelea esperada, Broncano ingresó en medio de una cortina musical tipo "Rocky". Su segundo era nada menos que el popular Luis Mannarelli, uno de los complicados en el tristemente célebre caso "Caligula". Broncano era ídolo en el penal. El rival, Juan Peña, había salido con la intención de no perder. A Broncano se le notó falto de estado físico y fuera de distancia, pero nadie puede negar que en esos seis asaltos Juan Peña sintió la potencia de su poderoso cross de izquierda. Como que Peña besó la lona en el primer y sexto asalto.

El debut de Broncano fue exitoso en la medida en que el púgil asuma en serio su rehabilitación. Pero en términos estrictamente boxísticos volvió a exhibir esos detalles sobervios y absurdos de ofrecer la cara para que el rival le pegue. Claro, como sabía que Peña no tenía pegada. Pero esos golpes otorgaban puntos y si no lo lanzaba a la lona en el último round bien pudo perder la pelea.

Así fue como paso su oportunidad que se le presentó, lo que ocurrió después es solo cosa del destino, un hombre que pudo tenerlo todo y se quedo sin nada, por no saber llevar su vida por el camino correcto.

1 comentario:

  1. Te equívocas al decir que Mannarelli era el segundo de Broncano, todo lo contrario, Broncano era el segundo de Mannarelli.

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